viernes, 21 de enero de 2011

que nos queda a la juventud???

Desde que me he levantado esta pasando por mi cabeza el poema de Benedetti "¿Qué les queda a los jóvenes?"
para las que no lo conozcáis os pongo una parte 

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya

no convertirse en viejos prematuros 


Y ahora yo, y sin querer imitar a Benedetti, ni nada por el estilo (Marx me pille confesada) me pregunto ¿Qué nos queda a las y los jóvenes? 

En un contexto como en el que estamos de crisis, de explotación, de privatización, de recortes de derechos, de negociaciones absurdas, de traiciones, demagogia y mentiras, ¿qué nos queda a la juventud?  

A muchos les gustaría que dijese que nos queda acatar lo que nos viene dado, agachar la cabeza y trabajar durante 40 años como burros y cada vez con menos derechos, algunos intentan que solo nos quede Gran Hermano 24horas, Sálvame o la Cuore, que no pensemos y solo obedezcamos, que solo levantemos la voz cuando un arbitro no pita un penalti, que nos desmoralicemos, que creamos que todo esta perdido y que no luchemos. 

En mi modesta opinión la juventud que ha perdido batallas tan importantes como el "No a la guerra", la LOU, o el "No a Bolonia" tenemos que creernos que esto se puede cambiar, tenemos que empoderarnos y creernos que podemos llegar a ser el motor que promueva el cambio, no darnos por vencidas, decir BASTA YA! y ponernos en movimiento. por que como dijo otro gran poeta " caminante no hay camino, se hace camino al andar" 
Nosotros, nosotras, la juventud, tenemos que creer en la fuerza que tiene el colectivo, no tenemos que desistir, y menos aún rendirnos, eso sería una deslealtad con toda la gente que se jugo la vida para que nosotros y nosotras tuviéramos un colegio, un hospital donde ir cuando estas enfermo, que las hijas y los hijos de padres y madres trabajadoras pudiéramos acceder a la universidad, pero sobretodo sería una deslealtad con nosotras y nosotros mismos. 






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